Los nublosos torbellinos
que nublan el cielo
han enturbiado
mi dichoso pensamiento.
Ya no escribo, ya no leo
ya no canto,ni juego
bloqueado, aplacado
quedó sin más,
como nubloso torbellino
que enturbia el cielo
que en su negro espesor
me deja sin ideas
y a merced del tiempo




lunes, 14 de septiembre de 2009

El HAMBRE Y SUS LOCURAS

Es esto lo que he escuchado
que de contar es menester,
la historia de un caballero
que vino esto ha hacer.
En su rocín cabalgando
encontróse él
por lo campos que van
de Granada hasta Jaén.
Y pasando entre los olivos
huía de su suerte
que un juez había dictado
y él a la horca había burlado.
Siguiendo su camino adelante
sin dejar ningún indicio
al pasar el puente que cruza el río
se encontró con un obispo.
Su sotana el suelo barría
y respingona su barriga
del cinturón sobresalía.
Al verlo pasar
le dijo al caballero
empezándose a quejar:
-Se buen samaritano, hermano
y ayuda a este hombre de Dios.
El caballero desmontó y cedió
su montura al prójimo de la iglesia,
que montó en el bridón, con mal apaño:
una mano por aquí y un empujón en el culín.
Al mediodía, cuando el sol surcaba los cielos
el monje sacó del zurrón
un mendrugo de pan y queso.
Muertos los dos de hambre
se miraron entre sí
mas él caballero se arrojó sobre el obispo
y sobre la hierba empezaron a revolcarse.
Y llegaron hasta el río
donde comenzaron a empaparse
por conseguir la comida del otro
que había rescatado en las cercanías.
Así el caballero que iba en desventaja
le dijo al hombre de Dios:
- Hagamos una cosa, “monje”
dejamos la comida en el rocín
nos alejamos y luego quien llegue
primero se comerá el festín.
El obispo asintió y así lo hicieron.
Al pasar el puente que cruza el río
pasó un mendigo con los pies heridos
y sus tripas gruñendo como
perro mal comido
Pasados unos cuantos pinos
encontróse un caballo
y encima de él queso y tocino.
Después de almorzar
montó al caballo y por su camino
retornó dispuesto a descansar.
Cuando el caballero llegó seguido del obispo
el bridón había desaparecido,
y en su lugar yacían
pequeñas migas de pan.
Recorrieron el camino
que los separaba de una cercana ciudad,
y entrando en una iglesia
el pan y el vino fueron los dos ha robar.
La huída fue desastrosa
como el señor obispo de montar sabía poco
se montó con una mano por aquí
y un empujoncín en el culín,
y echó a galopar,
seguido del caballero que corría cojo detrás.
Al llegar al lindero del bosque
se sentaron por fin a almorzar
mas tan muertos de hambre estaban
que en otra pelea se volvieron a enzarzar.
Uno poseía el vino y el otro el pan
y así dejaron la comida desprotegida una vez más.
Al volver al lugar después de un magnífico acuerdo
se les cayó el mundo encima pues su rocín
se había comido hasta la última
gota y trozo de comida.
Pues si la verdad os contara
yo digo amigos míos
que él era el único que merecía
después de tanto sufrimiento, hambre
y galopes, el pan y el vino.

1 comentario:

  1. Desde mis BLOGS:

    --- HORAS ROTAS ---

    y

    --- AULA DE PAZ ----

    quiero presentarme

    en esta nueva apertura

    del eminente otoño.

    Tiempo que aprovecho

    ahora para desear

    un feliz reingreso en

    la actividad diaria.

    Así como INVITAROS

    a mis BLOGS:

    --- HORAS ROTAS ---

    y

    --- AULA DE PAZ ----

    con el deseo de que

    estos sean del agrado

    personal.

    Momentos para compartir

    con un fuerte abrazo de

    emociones, imaginación y

    paz. Abiertos a la comunicación

    siempre.


    afectuosamente :
    superberma



    --- TE SIGO TU BLOG :


    EL MUNDO DE BERMA ---








    jose

    ramon…

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